miércoles, 25 de abril de 2012

LA INICIATIVA SEXUAL EN LA PAREJA


“Él siempre quiere, ¿para qué me voy a molestar yo?”. “Está mal visto que la mujer lo busque”. “Hace tiempo que dejó de buscarme”. Si se identifica con alguna de estas frases, siga leyendo.

Las parejas se vuelven monótonas cuando en todas las áreas de la convivencia, y aún más en la sexual, los roles se vuelven esquemáticos, sin la intensidad que se necesita para no caer en la rutina. Tomar la iniciativa del encuentro sexual no tendría que estar condicionada por el género. Tanto los hombres como las mujeres están “habilitados” por el deseo para insinuarse al compañero.

Sin embargo es frecuente que se delegue en mano de los hombres con la excusa errónea de que ellos están “siempre dispuestos” o “son más sexuales que las mujeres”. A pesar de que los tiempos han cambiado, hay mujeres que aún temen dar el paso inicial. Creen que su conducta será “mal vista”, valorada como extraña, desajustada con su rol de mujer y madre abnegada.

Los mensajes del sexo

Proponer un encuentro sexual no implica poner en marcha las clásicas acciones explicitas: frases “calientes”, toqueteos, verbalizar las ganas. Existen distintas maneras de tomar la iniciativa y mostrar el deseo al otro.

Toda relación comienza desde el momento que uno (o los dos) se sienten invadidos por el deseo. Luego vendrán las acciones consecuentes, los avances y retrocesos que conforman una verdadera danza de galanteo.

Las parejas deben asumir el compromiso de enriquecer el encuentro para que no se convierta en rutina. La opción de alternar la toma de iniciativa e ir modificando los mensajes eróticos son formas de evitar la monotonía.  El uso de la sorpresa,  proponer cambios de lugares, preparar el ambiente, diversificar las poses, usar estímulos visuales (ropa, lencería, películas), o cualquier opción acordada por los dos.

Consejos para mejorar la toma de iniciativa

1) Tomar la iniciativa no debe estar condicionada por el género.

2) Romper con el mito de que los hombres son más sexuales y a ellos les compete dar el primer paso. Los hombres también gustan de mujeres decididas que se adelanten y provoquen.

3) Si una mujer toma la iniciativa no la convierte en provocadora ni en “sexópata”; sólo es una mujer que disfruta del sexo.

4) Si un hombre se basa en conceptos rígidos y critica la iniciativa femenina está limitando la capacidad humana de ser espontáneos, creativos y congruentes con el deseo de desarrollo.

5) Tener en cuenta que todo encuentro sexual comienza cuando aparece el deseo.

6) Buscar distintas formas de acercamiento: mensajes, llamadas, sorpresas, salidas, cambio de espacio, música, aromas, etc.

7) Alternar espontáneamente la toma de iniciativa.

8) No reprimir el deseo y las acciones para el encuentro. Si no hay respuesta, hablar para saber qué está sucediendo. El silencio alimenta miles de conjeturas.

9) Las diferencias en cuanto al deseo pueden resolverse. Muchas veces las desigualdades sexuales ocultan otros conflictos más profundos en la relación.

10) La personalidad actúa como factor condicionante en la toma de iniciativa. Es necesario revisar en un contexto terapéutico las defensas imperantes.

Es importante también entender que en una pareja raramente habrá una simetría absoluta a la hora de tomar la iniciativa. Puede suceder que sea una de las partes la que mayoritariamente da el primer paso. Pero es fundamental que la otra parte tome la iniciativa alguna vez. Recordemos que la pareja necesita sentirse deseado/a, y notar que siempre es el/la que tiene que dar el primer paso se interpreta frecuentemente en términos de ser poco atractivo/a.





Elaborado a partir de un artículo del Dr. Walter Ghedin